El último tanto se festejó en grande..
Diario de Querétaro
25 de octubre de 2009
Roger A. García
Querétaro, Querétaro.- ¿Y dónde están, y dónde están, los albañiles que nos iban a ganar?", fue el grito que profirieron los aficionados queretanos al concretarse un dramático triunfo de los Gallos Blancos por 2-1 sobre Cruz Azul, en un partido pasado por agua en el estadio La Corregidora.
Isaac Romo y Mauro Vila hicieron volar muy alto a los aficionados de los Gallos Blancos, acumulando una histórica tercera victoria de forma consecutiva, haciendo sudar a Indios de Ciudad Juárez, que no ve la luz en este Apertura 2009.
Cruz Azul comenzó imponiendo condiciones en el terreno de juego. Rogelio Chávez corría por la banda derecha desequilibrando una arrinconada defensa de Gallos Blancos que contenía como podía los ataques cementeros.
Jaime Lozano y Mario Ortiz tuvieron las oportunidades más claras de gol en los primeros quince minutos del encuentro, pero su remate a puerta fue poco efectivo diluyéndose la superioridad cementera.
Cuando el partido se tornaba más bravo para Querétaro, un centro de Jonathan Piña al minuto 27 encontró la cabeza de Isaac Romo para mandar la pelota al fondo de las redes. La primera llegada a portería fue gol, causando el alboroto en el estadio La Corregidora que estaba ya empapado por la lluvia.
El gol plumífero pegó en el ánimo cementero. Sus laterales comenzaban a preocuparse más por las constantes llegadas de Emilio López y Piña. Las dos líneas de cuatro propuestas por el timonel queretano Carlos Reinoso comenzaban a desgastar a la ofensiva de Cruz Azul, la cual no encontraba espacios.
La cancha mojada era un factor que quería aprovechar Cruz Azul a través del tiro de larga distancia que puso en muchos aprietos a Carlos Bossio, quien tuvo que mandar la pelota en repetidas ocasiones a tiro de esquina.
A tres minutos de acabar la primera mitad, Rogelio Chávez desbordó por la derecha y mandó un tiro centro que se fue a clavar al ángulo de la portería de Bossio para decretar el empate. Un error del guardameta que, de forma inexplicable, siguen dándole oportunidades cuando está más que claro que debería estar en la banca, además de una tibia marca de Piña.
Reinoso entendió que su equipo debía salir un poco más y mandó a la cancha a Mauro Vila y a Marco Jiménez, para darle rapidez y un toque fino al ataque queretano.
El partido no cambió mucho en la segunda mitad. Con un Cruz Azul dominador, mientras Querétaro esperaba el momento ideal para pegar en una pelota parada, a través de una providencial pegada de Margarito González, o un contragolpe letal.
Hubo momentos del segundo tiempo en que el juego se convirtió en uno de ping pong. Con un Cruz Azul volcado a conseguir la victoria y un Querétaro que destruía cualquier intento de construcción de ataque. El juego se había ensuciado y la cancha ayudaba más al Querétaro que a los visitantes.
Ambos equipos dejaron ir el triunfo en los botines de Pablo Zeballos y de Isaac Romo, quienes en vez de asegurar su remate, la estrellaron al cuerpo de los porteros, quienes ya estaban vencidos.
El frío se hizo presente en el Coloso del Cimatario y con ello, la posibilidad de que alguno de los dos equipos se llevara el triunfo. Los visitantes tuvieron su oportunidad más clara en un remate de Emmanuel Villa, quien solo ante la portería queretana chorreó su remate afuera de la portería.
Querétaro terminó más entero en lo físico que los cementeros, prodigando emociones en los últimos diez minutos de partido, aunque el toque matador era el que fallaba. Era sorpresivo ver a elementos como Mauro Vila, Adrián Romero e Isaac Romo, correr lo último que les quedaba en lo físico, llevándose a la zaga plumífera.
Cuando todos comenzaban a buscar la salida, Mauro Vila encontró la gloria, aquella que se le había negado en este torneo, al minuto 95, contrarrematando un gran cabezazo de Adrian Romero. El Coloso del Cimatario vibró y coreó el gol más dulce en este regreso a la Primera División.
El final fue contrastante. En la noche más fría y húmeda en la capital queretana, aficionados y equipo tuvieron una dulce reconciliación. Querétaro ha dado su primer golpe de autoridad en la lucha por la permanencia en el Máximo Circuito.
Querétaro, Querétaro.- ¿Y dónde están, y dónde están, los albañiles que nos iban a ganar?", fue el grito que profirieron los aficionados queretanos al concretarse un dramático triunfo de los Gallos Blancos por 2-1 sobre Cruz Azul, en un partido pasado por agua en el estadio La Corregidora.
Isaac Romo y Mauro Vila hicieron volar muy alto a los aficionados de los Gallos Blancos, acumulando una histórica tercera victoria de forma consecutiva, haciendo sudar a Indios de Ciudad Juárez, que no ve la luz en este Apertura 2009.
Cruz Azul comenzó imponiendo condiciones en el terreno de juego. Rogelio Chávez corría por la banda derecha desequilibrando una arrinconada defensa de Gallos Blancos que contenía como podía los ataques cementeros.
Jaime Lozano y Mario Ortiz tuvieron las oportunidades más claras de gol en los primeros quince minutos del encuentro, pero su remate a puerta fue poco efectivo diluyéndose la superioridad cementera.
Cuando el partido se tornaba más bravo para Querétaro, un centro de Jonathan Piña al minuto 27 encontró la cabeza de Isaac Romo para mandar la pelota al fondo de las redes. La primera llegada a portería fue gol, causando el alboroto en el estadio La Corregidora que estaba ya empapado por la lluvia.
El gol plumífero pegó en el ánimo cementero. Sus laterales comenzaban a preocuparse más por las constantes llegadas de Emilio López y Piña. Las dos líneas de cuatro propuestas por el timonel queretano Carlos Reinoso comenzaban a desgastar a la ofensiva de Cruz Azul, la cual no encontraba espacios.
La cancha mojada era un factor que quería aprovechar Cruz Azul a través del tiro de larga distancia que puso en muchos aprietos a Carlos Bossio, quien tuvo que mandar la pelota en repetidas ocasiones a tiro de esquina.
A tres minutos de acabar la primera mitad, Rogelio Chávez desbordó por la derecha y mandó un tiro centro que se fue a clavar al ángulo de la portería de Bossio para decretar el empate. Un error del guardameta que, de forma inexplicable, siguen dándole oportunidades cuando está más que claro que debería estar en la banca, además de una tibia marca de Piña.
Reinoso entendió que su equipo debía salir un poco más y mandó a la cancha a Mauro Vila y a Marco Jiménez, para darle rapidez y un toque fino al ataque queretano.
El partido no cambió mucho en la segunda mitad. Con un Cruz Azul dominador, mientras Querétaro esperaba el momento ideal para pegar en una pelota parada, a través de una providencial pegada de Margarito González, o un contragolpe letal.
Hubo momentos del segundo tiempo en que el juego se convirtió en uno de ping pong. Con un Cruz Azul volcado a conseguir la victoria y un Querétaro que destruía cualquier intento de construcción de ataque. El juego se había ensuciado y la cancha ayudaba más al Querétaro que a los visitantes.
Ambos equipos dejaron ir el triunfo en los botines de Pablo Zeballos y de Isaac Romo, quienes en vez de asegurar su remate, la estrellaron al cuerpo de los porteros, quienes ya estaban vencidos.
El frío se hizo presente en el Coloso del Cimatario y con ello, la posibilidad de que alguno de los dos equipos se llevara el triunfo. Los visitantes tuvieron su oportunidad más clara en un remate de Emmanuel Villa, quien solo ante la portería queretana chorreó su remate afuera de la portería.
Querétaro terminó más entero en lo físico que los cementeros, prodigando emociones en los últimos diez minutos de partido, aunque el toque matador era el que fallaba. Era sorpresivo ver a elementos como Mauro Vila, Adrián Romero e Isaac Romo, correr lo último que les quedaba en lo físico, llevándose a la zaga plumífera.
Cuando todos comenzaban a buscar la salida, Mauro Vila encontró la gloria, aquella que se le había negado en este torneo, al minuto 95, contrarrematando un gran cabezazo de Adrian Romero. El Coloso del Cimatario vibró y coreó el gol más dulce en este regreso a la Primera División.
El final fue contrastante. En la noche más fría y húmeda en la capital queretana, aficionados y equipo tuvieron una dulce reconciliación. Querétaro ha dado su primer golpe de autoridad en la lucha por la permanencia en el Máximo Circuito.
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