Piña abrió el marcador. Foto: Gybsan Villagómez. /Diario de Querétaro.
Diario de Querétaro
4 de octubre de 2009
Roger A. García
Querétaro, Querétaro.- Por fin. Los Gallos Blancos se sacudieron la maldición del equipo 'benjamín' y dejaron a Indios de Ciudad Juárez en etapa terminal al vencerlos por 3-1 ante un estadio La Corregidora que se entregó y jugó su papel de protagonista.
Un verdadero encuentro digno de Liga de Ascenso (antes Primera A), con poco nivel técnico y con errores infantiles de todos los tipos. Ambos conjuntos mostraron que no son dignos de la Primera División. El miedo a equivocarse se imponía la necesidad de conseguir los tres puntos.
Querétaro no tardó mucho en ponerse arriba en el marcador. Una descolgada de Emilio López lo dejó prácticamente mano a mano contra el arquero aborigen, pero prefirió dejarle toda la gloria a Jonathan Piña quien sólo tuvo que mandarla al fondo y mandar a los plumíferos al frente en el marcador.
Indios fue creciendo poco a poco, se quitó el nerviosismo inicial y comenzó a echar para atrás a Gallos Blancos. Cuando todos pensaban que los plumíferos tendrían un partido más cómodo, apareció Alain Nkong, quien ante la complacencia de los zagueros se dio la media vuelta y mandó un tiro al ángulo de la portería de Carlos Bossio, quien no pudo hacer nada para evitar la caída de su marco al minuto 21.
Los visitantes comenzaron a maniatar a los plumíferos. Fueron cinco minutos en donde no los dejaban salir de su propio terreno, aunque no tenían mucha profundidad a la hora de llegar a zona de definición. Los queretanos perdieron la brújula y la posesión de la pelota. El partido comenzó a hacerse tenso y el estadio La Corregidora así lo sentía.
Cuando todos suponían que el primer tiempo se iría empatado, un centro de más de cincuenta metros de Margarito González encontró la cabeza de Isaac Romo, quien ante la mala salida del arquero César Lozano, sólo tuvo que darle dirección a portería y hacer el segundo tanto. La esperanza volvía a renacer en terreno plumífero.
Comenzada la segunda parte, Indios pretendía tener la posesión de la pelota y comenzaba a asediar la portería queretana, pero un certero contragolpe liderado por Adrián Romero fue bien capitalizado por Diego Cháves, quien metió un frentazo para liquidar el encuentro y poner 3-1 las cosas. Los 25 mil aficionados comenzaban a celebrar la primera victoria del campeonato.
A pesar de la ventaja, Querétaro no funcionaba de la forma correcta. En lugar de ir hacia el frente y quitarse la afrenta de Morelia, los jugadores se echaron para atrás. Carlos Reinoso mostró su enfado al sacar y meter a Carlos Pinto en solo 20 minutos, fruto de su pésimo desempeño dentro de la cancha.
Ciudad Juárez hizo todo lo posible por descontar en el marcador, pero su falta de calidad y su nula dirección técnica se lo impedían. Pagaron caro el hecho de mandar a su equipo sin un líder en la banca. Lo más cerca que estuvieron del gol fue un remate de Rodrigo Fernández que contuvo de forma correcta un Carlos Bossio presionado por la gente.
Los minutos pasaban y los visitantes se morían en su desesperación. Cuando el árbitro Roberto García pitó el final, el estadio La Corregidora vibró con la obtención de la primera victoria del campeonato, brindándole un aplauso a sus jugadores plumíferos, quienes por fin alzaron el puño y la cabeza en alto.
Querétaro, Querétaro.- Por fin. Los Gallos Blancos se sacudieron la maldición del equipo 'benjamín' y dejaron a Indios de Ciudad Juárez en etapa terminal al vencerlos por 3-1 ante un estadio La Corregidora que se entregó y jugó su papel de protagonista.
Un verdadero encuentro digno de Liga de Ascenso (antes Primera A), con poco nivel técnico y con errores infantiles de todos los tipos. Ambos conjuntos mostraron que no son dignos de la Primera División. El miedo a equivocarse se imponía la necesidad de conseguir los tres puntos.
Querétaro no tardó mucho en ponerse arriba en el marcador. Una descolgada de Emilio López lo dejó prácticamente mano a mano contra el arquero aborigen, pero prefirió dejarle toda la gloria a Jonathan Piña quien sólo tuvo que mandarla al fondo y mandar a los plumíferos al frente en el marcador.
Indios fue creciendo poco a poco, se quitó el nerviosismo inicial y comenzó a echar para atrás a Gallos Blancos. Cuando todos pensaban que los plumíferos tendrían un partido más cómodo, apareció Alain Nkong, quien ante la complacencia de los zagueros se dio la media vuelta y mandó un tiro al ángulo de la portería de Carlos Bossio, quien no pudo hacer nada para evitar la caída de su marco al minuto 21.
Los visitantes comenzaron a maniatar a los plumíferos. Fueron cinco minutos en donde no los dejaban salir de su propio terreno, aunque no tenían mucha profundidad a la hora de llegar a zona de definición. Los queretanos perdieron la brújula y la posesión de la pelota. El partido comenzó a hacerse tenso y el estadio La Corregidora así lo sentía.
Cuando todos suponían que el primer tiempo se iría empatado, un centro de más de cincuenta metros de Margarito González encontró la cabeza de Isaac Romo, quien ante la mala salida del arquero César Lozano, sólo tuvo que darle dirección a portería y hacer el segundo tanto. La esperanza volvía a renacer en terreno plumífero.
Comenzada la segunda parte, Indios pretendía tener la posesión de la pelota y comenzaba a asediar la portería queretana, pero un certero contragolpe liderado por Adrián Romero fue bien capitalizado por Diego Cháves, quien metió un frentazo para liquidar el encuentro y poner 3-1 las cosas. Los 25 mil aficionados comenzaban a celebrar la primera victoria del campeonato.
A pesar de la ventaja, Querétaro no funcionaba de la forma correcta. En lugar de ir hacia el frente y quitarse la afrenta de Morelia, los jugadores se echaron para atrás. Carlos Reinoso mostró su enfado al sacar y meter a Carlos Pinto en solo 20 minutos, fruto de su pésimo desempeño dentro de la cancha.
Ciudad Juárez hizo todo lo posible por descontar en el marcador, pero su falta de calidad y su nula dirección técnica se lo impedían. Pagaron caro el hecho de mandar a su equipo sin un líder en la banca. Lo más cerca que estuvieron del gol fue un remate de Rodrigo Fernández que contuvo de forma correcta un Carlos Bossio presionado por la gente.
Los minutos pasaban y los visitantes se morían en su desesperación. Cuando el árbitro Roberto García pitó el final, el estadio La Corregidora vibró con la obtención de la primera victoria del campeonato, brindándole un aplauso a sus jugadores plumíferos, quienes por fin alzaron el puño y la cabeza en alto.
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