domingo, junio 07, 2009

sOLO GALLOS ... Columna Gerardo Manrique

¡CAMPEÓN!


¡Campeón hay uno solo, se llama Gallos Blancos, Querétaro es Campeón! Llevo toda la semana repitiendo esta hermosa frase como si fuera un mantra. He visto una y otra vez el resumen del partido, la atajada de Lupe a Olsina, el penal decisivo de Romo. La fiesta que siguió después, fue inolvidable: Nuestros héroes a bordo de un autobús y la Comunidad del Gallito tomando las calles de nuestro centro bello y colonial. El trofeo, las mil y un playeras azul y negro robando luz al sol, en una hermosa tarde de domingo. Costó, costó mucho. ¿Cómo iba a ser de otra manera con este equipo mitológico y tan dado al dramatismo?. Los rezos de Tridente, a los que se unieron miles de aficionados en Querétaro, es una muestra de que este negocio del fútbol, siempre estará más cercano al corazón que a la billetera. ¡Nos tocó ganar! Y nuevamente es un triunfo de toda la ciudad, de todo el estado y de todos los seguidores a este equipo único e irrepetible. ¡Campeón hay uno solo, se llama Gallos Blancos, Querétaro es Campeón! Pero es más de aquellos aficionados anónimos que día a día se enfrentan al escepticismo de miles. Es un triunfo de aquellos de reciben frases fatalistas en su escuela o su trabajo. Es un triunfo de aquellos que derrotan al fantasma del fracaso y nunca dejan de creer, nunca dejan de soñar y empeñan al destino lo que resta de su alma a cambio de unos instantes de gloria. Es un triunfo para aquellos viajeros incansables que tomaron por asalto estadios ajenos plagados de calamidades en el inframundo de la A, acumulando miles de kilómetros de tramos carreteros. Es para aquél poeta y loco que plantó su bandera y se bastó a sí mismo para alentar a Gallos en su visita a Torreón. ¡Campeón hay uno solo, se llama Gallos Blancos, Querétaro es Campeón! Es para todas esas familias queretanas que se unieron a los rezos de Tridente y que se abrazaron y gritaron en la sala de su casa cuando Romo envió el balón a las redes. Es para todos aquellos que no faltaron a una cita en el Corregidora, que guardan todos los boletos de esta temporada del ascenso y de muchas otras de tristezas y dolores temporales. También es para aquellos hermosos seres que ya no están entre nosotros y que tuvieron entre sus afectos más preciados a este equipo. Aquellos que pusieron todo en la tribuna y que sin embargo nunca fueron testigo de una historia con final feliz. Seguramente, hasta donde están, también llegaron las imágenes del triunfo y la alegría de la celebración. ¡Campeón hay uno solo, se llama Gallos Blancos, Querétaro es Campeón!
EL APUNTE

De ahora en adelante, el estado de Yucatán y la blanca Mérida, es una tierra prometida para el Querétaro y sus seguidores. El torneo fue un peregrinar y un sufrir. Un valle donde hubo lágrimas de rabia y de impotencia, y pocas sonrisas pero el final, los dioses a los que seducimos con nuestras cábalas decidieron que esta vez fuera la cancha del Carlos Iturralde, a miles de kilómetros, el escenario de una batalla ardiente y sin gloria que se decidió desde los once pasos. ¿Cómo agradecer a nuestros héroes semejante alegría? ¿Cómo hacerles sentir nuestro orgullo y nuestra alegría? ¿Cómo pagarles esa explosión de júbilo sabatino que nos acompaña aún al día de hoy, y nos hace decir: ¡Somos de Primera!. Creo que al final la deuda está saldada. Ellos dieron todo, nosotros también. ¡Somos los amigos del Campeón!

PARA REFLEXIONAR

Y hoy somos niños mirando a través de una vidriera hermosos juguetes. Somos como el poeta que encontró por fin la frase de belleza perfecta. Ya habrá tiempo de pensar en lo que viene, ya habrá tiempo de ponernos nuevamente la playera y defender a nuestro equipo donde sea. Hoy, hoy sólo queremos seguir siendo felices. ¡Gracias Gallos! ¡Gracias totales! ¡Gracias eternas!
gallos1950@yahoo.com.mx manriquemind@yahoo.com.mx

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