Diario de Querétaro
22 de marzo de 2009
Roger A. García
Querétaro, Querétaro.- Un inspirado Gallos Blancos salió al estadio La Corregidora y terminó dándole una lección de futbol a los freseros de Irapuato por 5-1. Fue una noche de reconciliación con su afición, a pesar de los problemas económicos que se han estado viviendo al interior del plantel queretano.
Los plumíferos volvieron al nivel que tenían acostumbrada a su afición y dieron una muestra de pundonor, determinación y futbol. Parece ser que el campeón ha vuelto por sus fueros y amenaza con acercarse a los líderes del Grupo 1. Gallos Blancos resolvió el partido en 25 minutos.
Irapuato comenzó dominando en los primeros 20 minutos del encuentro, incomodando la salida del equipo queretano y plantándose de buena manera en el terreno de juego. Dos disparos de larga distancia hicieron que el arquero Guadalupe Martínez se exigiera a fondo. Parecía cuestión de tiempo para que La Trinca se fuera arriba en el marcador.
Al minuto 24 vino la jugada que cambió el curso del partido para los Gallos Blancos. Emilio López, quien dio un gran partido, desbordó por la banda izquierda y envió un centro preciso para la llegada de Álvaro Estrada, quien sólo empujó la pelota a la red para que los queretanos se fueran arriba en el marcador.
A partir de este momento el equipo local se hizo amo y dueño del partido. Esteban González comenzaba a retener más la pelota, siendo sus centros a balón parado verdaderos dardos envenenados. Un centro suyo le dio el segundo a la escuadra local, siendo peinado por Álvaro Estrada y culminada por la llegada oportuna de Raúl Rico, quien solo tuvo que empujarla a la red.
El aluvión de los Gallos Blancos no paró. Se terminaba el primer tiempo y vino un contragolpe letal queretano en donde sólo dos defensas freseros se enfrentaron a cuatro atacantes plumíferos, aunque fue Emilio López quien vio adelantado al arquero fresero y mandó una 'vaselina' que fue directo al ángulo de la portería de Irapuato. Era un 3-0 que reflejaba justicia.
La segunda mitad también empezaba a tambor batiente, aunque Irapuato comenzó más despierto. Sergio "Alvin" Pérez entró al área plumífera siendo trompicado por Luis Daniel Cano.- El árbitro marcó penal, el cual fue bien ejecutado por el mismo "Alvin", dejándola muy lejos del alcance de "Lupe" Martínez.
A pesar del gol fresero, los plumíferos volvieron a reacomodarse y retomaron el control de juego al minuto 55. Las llegadas por las bandas eran letales, aunque no eran bien definidas por los delanteros locales, quienes desaprovecharon hasta tres ocasiones más de gol.
Medrano Abad hizo entrar a al paraguayo Pablo Giménez y le dio una nueva inyección de ánimo a la ofensiva plumífera. El guaraní entró con la inspiración en sus pies.
Corría el minuto 72 cuando Pablo Giménez agarró un rebote en tres cuartos de cancha y mandó un tiro bombeado agarrando mal parado al arquero Humberto Flores que terminó incrustándose en la horquilla. Un gol de campana.
No conforme con este portento de tanto, vino otra obra de arte, cuando recibió dentro del área un centro de Jonathan Tridente, haciendo un drible que le rompió la cintura a un defensa central fresera y definió raso y colocado al poste para el 5-1 definitivo. La clase de futbol había terminado.
Al final del partido, los cinco mil aficionados que se hicieron presentes en el estadio La Corregidora aplaudieron de pie a unos Gallos Blancos que parece ser que recobraron ese futbol y determinación. Mientras que Irapuato terminó humillado, golpeado en lo anímico. El campeón ha vuelto.
Querétaro, Querétaro.- Un inspirado Gallos Blancos salió al estadio La Corregidora y terminó dándole una lección de futbol a los freseros de Irapuato por 5-1. Fue una noche de reconciliación con su afición, a pesar de los problemas económicos que se han estado viviendo al interior del plantel queretano.
Los plumíferos volvieron al nivel que tenían acostumbrada a su afición y dieron una muestra de pundonor, determinación y futbol. Parece ser que el campeón ha vuelto por sus fueros y amenaza con acercarse a los líderes del Grupo 1. Gallos Blancos resolvió el partido en 25 minutos.
Irapuato comenzó dominando en los primeros 20 minutos del encuentro, incomodando la salida del equipo queretano y plantándose de buena manera en el terreno de juego. Dos disparos de larga distancia hicieron que el arquero Guadalupe Martínez se exigiera a fondo. Parecía cuestión de tiempo para que La Trinca se fuera arriba en el marcador.
Al minuto 24 vino la jugada que cambió el curso del partido para los Gallos Blancos. Emilio López, quien dio un gran partido, desbordó por la banda izquierda y envió un centro preciso para la llegada de Álvaro Estrada, quien sólo empujó la pelota a la red para que los queretanos se fueran arriba en el marcador.
A partir de este momento el equipo local se hizo amo y dueño del partido. Esteban González comenzaba a retener más la pelota, siendo sus centros a balón parado verdaderos dardos envenenados. Un centro suyo le dio el segundo a la escuadra local, siendo peinado por Álvaro Estrada y culminada por la llegada oportuna de Raúl Rico, quien solo tuvo que empujarla a la red.
El aluvión de los Gallos Blancos no paró. Se terminaba el primer tiempo y vino un contragolpe letal queretano en donde sólo dos defensas freseros se enfrentaron a cuatro atacantes plumíferos, aunque fue Emilio López quien vio adelantado al arquero fresero y mandó una 'vaselina' que fue directo al ángulo de la portería de Irapuato. Era un 3-0 que reflejaba justicia.
La segunda mitad también empezaba a tambor batiente, aunque Irapuato comenzó más despierto. Sergio "Alvin" Pérez entró al área plumífera siendo trompicado por Luis Daniel Cano.- El árbitro marcó penal, el cual fue bien ejecutado por el mismo "Alvin", dejándola muy lejos del alcance de "Lupe" Martínez.
A pesar del gol fresero, los plumíferos volvieron a reacomodarse y retomaron el control de juego al minuto 55. Las llegadas por las bandas eran letales, aunque no eran bien definidas por los delanteros locales, quienes desaprovecharon hasta tres ocasiones más de gol.
Medrano Abad hizo entrar a al paraguayo Pablo Giménez y le dio una nueva inyección de ánimo a la ofensiva plumífera. El guaraní entró con la inspiración en sus pies.
Corría el minuto 72 cuando Pablo Giménez agarró un rebote en tres cuartos de cancha y mandó un tiro bombeado agarrando mal parado al arquero Humberto Flores que terminó incrustándose en la horquilla. Un gol de campana.
No conforme con este portento de tanto, vino otra obra de arte, cuando recibió dentro del área un centro de Jonathan Tridente, haciendo un drible que le rompió la cintura a un defensa central fresera y definió raso y colocado al poste para el 5-1 definitivo. La clase de futbol había terminado.
Al final del partido, los cinco mil aficionados que se hicieron presentes en el estadio La Corregidora aplaudieron de pie a unos Gallos Blancos que parece ser que recobraron ese futbol y determinación. Mientras que Irapuato terminó humillado, golpeado en lo anímico. El campeón ha vuelto.
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