“No nos fuimos, nos fregaron”

Lágrimas y cánticos prevalecieron en la Plaza Constitución

Unos 800 aficionados se reunieron para ver en pantallas gigantes el partido de Gallos Blancos vs. el Atlas; “pero vamos a regresar a la Primera División”, coreaban al término del encuentro mientras en el sonido local se escuchaba el himno plumífero


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30/04/2007 12:27:12 a.m.
Víctor Monroy


Desde las primeras horas del domingo el ambiente entre los aficionados a los Gallos Blancos era esperanzador. No resultó nada extraño ver a niños, mujeres y hombres con las playeras de su equipo que se jugaba el todo por el todo.

El punto de reunión fue la Plaza Constitución en donde fueron instaladas pantallas gigantes que permitieron que los seguidores que no pudieron viajar a Guadalajara vivieran este juego decisivo ante Atlas.

Los cánticos no se hicieron esperar, las caras pintadas, las banderas, las porras, las familias que enfundadas en los colores azul y negro confiaban en que su equipo se quedaría en la Primera División.

El partido comenzó y con ello la difícil cuenta regresiva pero los aficionados preferían gritar “Vamos Gallos” en lugar de pensar en esa posibilidad de la que hasta ese momento nadie quería mencionar.

El calor no fue impedimento para las familias y jóvenes que se congregaron para presenciar el juego ya que un grupo de jóvenes seguidores se adueñaron de la fuente ubicada en dicha plaza y sin que los demás lo pidieran comenzó el “agua va” que duró todo el partido.

Pero el agua que si se sintió helada, fue la de la primera cubetada que propinaba Atlas con ese gol a los seis minutos de haber iniciado el juego, pero se necesitaba de más para poder callar a los queretanos que cantaban al ritmo de la esperanza. Esa misma que a los quince minutos ya presentaba una herida de muerte con el segundo gol de los rojinegros.

Y aparecieron las caras largas, las uñas en la boca de hombres y mujeres, los lamentos por los errores que se cometían en la cancha, los técnico-aficionados que gritaban los movimientos que tenían que hacer los jugadores con la vaga ilusión de que sus “órdenes” pudieran ser escuchadas por los Gallos y cambiaran las cosas.

El juego llegó a la mitad de su tiempo y todo se reducía a ese “sí se puede” que aunque se escuchaba fuerte, sonaba triste. Los minutos y las llegadas de los queretanos continuaban junto al “¡vale madres!” que gritaban muchos cuando el balón sólo se paseaba por la portería y se negaba a entrar, culpando a la “mala suerte” del Querétaro por ese gol que no llegaba.

Las primera lágrimas comenzaban a caer. Aficionados que sin decirlo, expresaban su frustración y su pesar al ver que el tiempo y las oportunidades se acababan.

Los cantos jamás cesaron, los aficionados gritaban con orgullo que regresarían a la Primera División y la hora cero aparecía; algunos aficionados comenzaban a retirarse del lugar, anticipando el final de esta historia. El silbatazo de Jaime Herrera, se convirtió en el punto final de esta historia, las lágrimas y el “shock” aparecían, junto a las primeras gotas de lluvia, que anticipaban sería una tarde triste.

“No nos fuimos, nos fregaron” gritaban algunos seguidores que amenazaban “pero vamos a regresar a la Primera División”, al tiempo que era puesto en el sonido local el himno de los Gallos.