SOLO GALLOS
FIN
La habitación de un chavo en el barrio del Tepe, y la de otros que ni siquiera conoce del rumbo de la Trinidad, Lomas, San Roque el Tintero o La Cañada tienen en sus paredes blancas un póster ya muy viejo de Erubey Cabuto, una foto de los Gallos previa a aquella final contra León, una serie de boletos de partidos en Primera contra Monterrey, Monarcas y Atlante, al lado de otros correspondientes a partidos contra Lagartos de Tabasco, Mochis y Tampico. En el muro de enfrente, un recorte de periódico con Chava Reyes y su pequeño hijo en hombros después del milagro de Mayo. Una bufanda de Gallos, una playera firmada por Juan Carlos Falcón, otra portada de periódico con la imagen del Tanque Gerk seguido de Margarito y Juan de la Cruz. Sobre el buró, muchas pulseras con los colores azul y negro. Todos esos objetos dan testimonio de un seguidor fiel, de un aficionado que no rebasa los diecinueve años y que se puede contar entre los afortunados seguidores que en su juventud, vieron campeón al Querétaro. Los boletos, dan fe de que este joven estuvo en todos, o por lo menos en casi todos los partidos del 2000 para acá. Es quizás alguien que no se perdió un juego en toda la campaña regular del 2005, y que inexplicablemente para él, se quedó sin su boleto para la final contra San Luis en tanto que miles de villamelones abarrotaban el Corregidora exhibiendo su Gallismo trasnochado. Este joven aficionado, represente para mí el heroísmo y la rebeldía. Tal vez alguien le habló de este equipo mitológico en su niñez; probablemente, como a muchos de nosotros, el amor le entró por los ojos cuando asistió por primera vez al estadio y se identificó desde ese momento y para siempre, con una hermosa locura, que es nuestro equipo. ¿Por qué lo llamo héroe? ¿Por qué lo defino como rebelde? Porque teniendo todo para irle a Pumas, América, Cruz Azul o Chivas, eligió el dramatismo, la pasión en vivo y a todo color, los viajes al infierno, las resurrecciones, una probadita de cielo y de gloria de vez en cuando. Eligió al equipo de su ciudad, sin importarle lo que diga la mayoría. Gracias a él, los que tenemos más años en esto, sabemos que el amor más celosamente guardado esta en buenas manos, pasará la prueba del tiempo y será en el futuro esa leyenda que se cuenta junto al fuego en las noches estrelladas.
EL APUNTE
Los de la vieja guardia, podemos tolerar que los partidos de nuestro equipo no vayan por radio ni por tele, pero aguantarlo en la juventud, cuando todo es aquí y ahora, cuando la tele nos hace pensar que estamos en todos los sitios y en ninguno a la vez, es más complicado. Por ello, quise dedicar a todos los privilegiados que tienen menos de veinte, al fuego más nuevo, la flama más joven de este equipo, a aquellos que desconfían de los que tenemos más de treinta años, para quienes la vida no es aún algo resuelto, para quienes contemplan el futuro enfundados en mezclilla, con los puños en las bolsas, pateando una lata y mirando con ceño fruncido un entorno ajeno. Quizás son ellos, en su universo carente de certezas, en las expectativas que su familia cuelga de sus hombros, en los frios teclados de su móvil que los conecta con sus iguales, los que necesitan de menos verdades y de más milagros, si... tal vez son ellos y ellas los que más aman y más necesitan a Gallos para no estrangular las pocas utopías que sobreviven en el mundo
PARA REFLEXIONAR
¿Y los que tenemos más de treinta? ¿Para quienes la vida ha logrado por fin desengañarnos? También mi reconocimiento, por todos los tiempos difíciles que nos ha tocado vivir con el equipo.
Más allá de edades y condición social, mi deseo para toda la Comunidad del Gallito, es que nuestro corazón nunca deje de latir. ¡Felicidades!
Gerardo Manrique
manriquemind@yahoo.com.mx
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