SOLO GALLOS
CONTRA LA JAIBA
Partidos como el del Viernes pasado nos recuerdan que ser de Gallos es difícil de explicar y que apostar el corazón por este equipo es como ir caminando sobre una cuerda, cual fino equilibrista. Con el Querétaro no hay nada seguro, y vamos del asombro a la risa, de la risa al llanto, de la gloria a la tragedia en un abrir y cerrar de ojos. Desde las ocho treinta empecé a recibir mensajes de miembros de La Comunidad del Gallito referentes al partido. Pero yo no me iba a perder un juego de visitante que pasara por tele de mi equipo, así que puse mi teléfono el modo silencioso y esperé pacientemente a que acabara el juego de beis Diablos contra Campeche, después, el noticiero de TVC Deportes y finalmente, a la hora de las brujas, a la hora en que a Cenicienta se le convierte la carroza en calabaza, se pudieron apreciar las primeras imágenes del Marte R. Gómez. Para ese entonces, los mensajes del celular ya eran ocho. Habrá goles – me dije emocionado -. Cuando Gallos ganaba tres a cero, ya en el segundo tiempo y con menos de quince minutos por delante, pensé que el equipo había goleado, pues conforme se iban dando los goles, leía un mensajito del teléfono. Con el tres a dos, el tiro al poste del Tanque Gerk y una eternidad en la compensación comencé a perder la calma. Faltaban dos mensajes. Con el tercer gol de Correcaminos y el silbatazo del árbitro, traté de conciliar el sueño pensado cómo era posible que Gallos hubiera perdido una ventaja de tres goles. Después recordé que no había sido nada nuevo. Hace muchos años, el Querétaro le iba ganando cuatro goles a cero al Necaxa en el Azteca, un domingo al mediodía. Por increíble que parezca, los Rayos nos empataron y nuestro equipo terminó pidiendo la hora antes de que le arrebataran el puntito que se traían a nuestra ciudad.
EL APUNTE
A varios días de distancia, el marcador contra Correcaminos fue justo. En honor a la verdad, el dominio fue alterno y los locales no merecían perder. Nuestro equipo, por el contrario, me hace abrigar ciertas dudas. Amén de los errores individuales, Gallos pensó que faltando tan poco tiempo era imposible que les sacaran el triunfo. Exceso de confianza y nulo manejo de partido. Era lógico que el equipo se replegara y cediera la iniciativa, pero para un equipo que su mayor debilidad es la zaga, lo ideal hubiera sido mantener la pelota lejos de su arco. Gallos no supo defenderse y volvió a pecar de soberbia como en el juego inaugural. No es posible traerse sólo un puntito si se marcan siete goles como visitantes en sólo dos partidos. El equipo este año tiene mucha calidad, es candidato sin duda, y también se entiende que no siempre va a ganar, pero ¿Recibir ocho goles en dos salidas? ¿Perder una ventaja de tres goles faltando menos de un cuarto de hora? La respuesta hay que buscarla en el aspecto mental y la idea defensiva. El equipo debe mejorar mucho su capacidad defensiva, no hay más. Y es que no siempre los goleadores van a estar finos. ¿Qué pasará cuando sólo se pueda anotar un gol?
PARA REFLEXIONAR
Hoy viene un rival interesante, un equipo que también puede presumir de glorias añejas. Se presenta la Jaiba Brava con Bosco Frontán, jugador al que nos cansamos de pedir hace un año, y que hace seis meses no hallábamos dónde meter la cara porque resultó ser un fiasco. Tengo el presentimiento de que ellos pagarán los platos que rompieron sus primos de Victoria. Creo que hoy el Gallito gana por más de uno. Sin embargo, no sé de donde saco yo mi optimismo si la historia enseña que para bien o para mal, con Gallos nunca se sabe. Y es esa misma incertidumbre un ingrediente esencial de nuestro amor por estos colores. La explicación también hay que buscarla cerca del corazón y aplicando el método científico, en el hemisferio derecho de nuestro cerebro.
manriquemind@yahoo.com.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario