sábado, febrero 28, 2009

solo Gallos

AMISTAD
Como la gran mayoría de los aficionados, no tengo la fortuna de contar entre mis amigos a ninguno de nuestros héroes de azul y negro. Es curioso que el aficionado de a pie, tan fiel, tan constante a la cita semanal con el equipo, no pueda contar entre sus amigos a ningún integrante del equipo. Es curioso que nos hagamos llamar Los Amigos del Campeón, y no podamos compartir una charla en torno a una buena mesa con nuestros jugadores o nuestro entrenador, y digo nuestro entrenador, porque nosotros también somos parte del equipo, aunque la distancia que nos separa de las entrañas del mismo sea mucho mayor que esos escasos metros que dividen la tribuna del Campo de los Sueños. Veo ciertas ventajas en este hecho, veo un cúmulo de libertad y posibilidades que me serían vedadas si me uniera un lazo de amistad con alguno de mis ídolos. Gracias a esa falta de cercanía, puedo expresarme libremente de su labor en la cancha. No somos aún una cultura suficientemente madura para aceptar la crítica sin tomarlo como algo personal, como una ofensa casi. Como buenos latinos, solemos darle mil vueltas al asunto, antes de tirarle a alguien en la cara sus errores. La capacidad de dirigir una crítica certera y siempre constructiva, es un ingrediente de entre los muchos en que basan su éxito los deportes en los países europeos o en Norteamérica. Nuestra cultura y nuestro temperamento latino, no admiten la critica sin ver en ello un ataque a nuestra persona. Me explico, para mejor confundirte amigo lector: Si yo tuviera una amistad cercana con cualquier elemento del cuadro titular que un Sábado cualquiera tuviera una desastrosa actuación con la elástica en azul y negro y yo lo exhibiera en la siguiente columna, doy por hecho que en ese momento la amistad se termina y termino yo con algunas contusiones leves en el rostro. Por ello, pago gustoso el precio de no estar cerca de mis ídolos, a cambio de analizar y opinar sobre su desempeño en la cancha, de la manera más objetiva que me lo permita mi fatua capacidad analítica.
EL APUNTE

Ignoro si para el juego de hoy contra indios, seguirá Héctor Medrano al frente del equipo. No creo que sea la mejor solución hacer a un lado a un técnico que es una grata revelación, pero ya se sabe: los directivos salen diciendo a los medios que cuenta con todo el apoyo, que tiene toda la confianza, y cuando más respaldo le ofrecen, ¡zas! Le cortan la cabeza y adiós. Soy más de la opinión de exigirle compromiso a los jugadores. Desde nuestra angustia, no alcanzamos a entender como el mismo equipo que fue casi invencible en casa y que se alzó con el título, vaya ahora dando tumbos y hoy por hoy no ofrezca ninguna certeza de cara al partido de la final por el ascenso. Hago cuentas y la ventaja que teníamos sobre Veracruz y Dorados, nuestros posibles rivales en la final, se evapora. El sueño de ver disputar nuevamente a nuestro equipo el partido de vuelta en casa, se esfuma. De los próximos cinco partidos, cuatro serán en casa, y hay una salida a Salamanca entre esos juegos en casa. Después, viene un descanso para encarar los últimos cinco partidos de la temporada. Tres de ellos en patio ajeno.

PARA REFLEXIONAR

La calificación se ve lejana. Estamos en el grupo más flojo, pero el líder ya nos saca diez puntos y sólo nos queda un partido pendiente. No hay margen de error. A estas alturas, da lo mismo empatar que perder. Por tanto, los juegos deben plantearse para obtener los tres puntos, sobre todo en casa. Hoy, además del triunfo, deberá por fin nuestro equipo mostrar otra cara. Deberá dar visos de mejoría y regalarnos un partido redondo.

manriquemind@yahoo.com.mx

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