domingo, abril 12, 2009
Un bonito bosquejo
Querétaro, Querétaro.- No importaba la forma sino sólo el resultado. Gallos Blancos necesitaba ganar ante Potros Chetumal y así lo hicieron valer en el estadio La Corregidora por marcador de 2-1. Fue un partido frío, sin mucha emoción, aunque con situaciones rescatables.
El estadio La Corregidora lució su peor entrada de la temporada, cerca de cinco mil espectadores, quienes tuvieron el privilegio de ver la cuarta victoria de los queretanos en el Clausura 2009 en Sábado de Gloria.
Los queretanos iniciaron con un planteamiento totalmente diferente en el terreno de juego. Con Héctor Castro como zaguero central y tres puntas extranjeras al frente: Mauro Gerk, Pablo Giménez y Jonathan Tridente, ataque que hacía ilusionar dada la capacidad de los tres futbolistas.
La primera mitad fue muy dinámica en los primeros minutos, tiempo en el cual cayeron los goles. Al minuto nueve, gracias a una desconcentración de la zaga central, Raymundo Torres mandó un centro para la llegada de Jesús Morales quien solo y su alma remató a placer para vencer la meta de Guadalupe Martínez y poner al frente a la escuadra de Chetumal.
Sólo cuatro minutos le duró el gusto a Chetumal, ya que una gran jugada de Mauro Gerk le permitió jalar la marca de dos defensores y poner un pase filtrado a Pablo Giménez, quien sólo tuvo que esperar a que se venciera el arquero Rafael Cuevas y poner la pelota al fondo de las redes para el empate parcial.
Luego del gol, el partido entró en una etapa de sopor y de pocas emociones, con un Chetumal esperando el error de una endeble zaga plumífera, la cual poco a poco se fue afianzando en el terreno de juego.
Querétaro intentaba por todos lados, siendo los desbordes de Pablo Giménez y del argentino Jonathan Tridente los que hicieron ver mal en repetidas ocasiones la defensa visitante.
Al minuto 44, vino un impresionante cambio de juego de Jonathan Tridente que le puso la pelota en el pie a Mauro Gerk, quien sólo tuvo que encarar al arquero y definir por abajo y cruzado para el 2-1 que terminaría siendo definitivo. Llamó la atención el tibio festejo que realizó el argentino, siendo menos efusivo que en otras ocasiones.
La segunda mitad comenzó con un dominio de Chetumal que obligó a Medrano a realizar su primer cambio del encuentro, haciendo entrar a Juan González por Jonathan Tridente. A partir de aquí, el equipo queretano retomó las riendas del partido por 30 minutos.
Los plumíferos tuvieron por lo menos tres ocasiones de gol para aumentar su ventaja en el marcador, dos de ellas en tiro de esquina, donde Margarito González y Luis Daniel Cano no pudieron tener la certeza suficiente para hacer que su remate de cabeza fuera directo a la portería ante una zaga visitante que marcaba muy mal en la pelota parada.
Todavía el "Mago" González estuvo a punto de hacer un gol en un tiro libre, mandando un centro al corazón del área que de milagro encontró el arquero Cuevas, quien no se quedó con la esférica a dos tiempos.
El tiempo pasaba Chetumal tuvo una última oportunidad para empatar el partido a quince minutos del final, en una serie de remates a portería que terminaron conteniendo el arquero y defensas queretanos, pero hubo un cuarto remate que cimbró el travesaño del arco rival. Fue el último susto del partido.
Los jugadores de Chetumal se fueron quedando sin piernas y los queretanos retenían y jugaban con la pelota aprovechando el cansancio de los rivales hasta terminar el partido.
Gallos Blancos mostró un bosquejo de lo que podría ser un sistema de juego interesante de cara a lo que será la final de ascenso, aunque la afición hizo valer su enojo y desencanto por un equipo que estaba obligado a defender su corona con más dignidad.
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