Querétaro, Querétaro.- Sin la presión de conseguir un boleto a la liguilla, los Gallos Blancos siguen recuperando el nivel futbolístico y borraron de la cancha a un Santos Laguna gris y sin combatividad. Fue un 4-1, triplete de Mauro Gerk incluido, que reflejó que hubo un solo equipo en el terreno de juego en el estadio La Corregidora.
El técnico Héctor Medrano sigue haciendo movimientos interesantes en el terreno de juego, aunque da la impresión que ya encontró a la ofensiva que será titular en los dos partidos de la final de ascenso: la dupla Mauro Gerk-Pablo Giménez, quienes hacen pedazos a las defensas rivales en el Coloso del Cimatario.
Querétaro impuso condiciones desde el primer minuto y ya no perdió el ritmo del partido. Emilio López abrió el marcador a los 20 minutos gracias a un pase filtrado por el sector izquierdo que terminó de buena manera con un disparo cruzado para abrir el marcador.
El paraguayo Pablo Giménez tuvo al menos dos oportunidades claras de gol que pudieron aumentar la ventaja en el marcador, pero fue impreciso a la hora de definir. Mauro Gerk ya comenzaba a aprovechar los espacios que dejaban los rivales y así fue como consiguió su primer tanto.
Carlos Pinto aprovechó la avenida derecha y mandó un centro al espacio para la llegada de un Mauro que definió sobre la marcha para poner el 2-0, que dejaba sin posibilidades a Santos Laguna. Sólo errores de los queretanos podrían ponerle más emoción al juego, que ya se encontraba definido.
La filial santista encontró el descuento por medio de Agustín Herrera apenas dos minutos después de la alegría plumífera, quien aprovechó una mala pelota de Margarito González. Era un premio inmerecido para un equipo que había hecho muy poco para hacer un gol.
La segunda mitad no cambió en nada. Querétaro seguía llegando a diestra y siniestra, mientras que Santos Laguna esperaba otro regalo de la defensa plumífera. El arquero plumífero Guadalupe Martínez se lució en una atajada cuando intentaron sorprenderlo en un tiro de largan distancia.
A los 60 minutos, Emilio López volvió a dejar rivales en el camino y mandó un bombón al área lagunera que sólo Mauro Gerk dirigiera la pelota al fondo de las redes para el 3-1 El ícono de los Gallos Blancos tuvo un tibio festejo con la Resistencia Albiazul.
Querétaro parecía un gato jugando con su comida, marcando el ritmo del partido y esperando el momento preciso para volver a darle una alegría más a los cuatro mil aficionados que se hicieron presentes en el estadio La Corregidora para ver a su equipo despedirse dignamente del torneo en calidad de local.
El último gol en el estadio La Corregidora del Clausura 2009 fue nuevamente de Mauro Gerk, quien aprovechó que Margarito González ganó un balón por aire en un tiro de esquina que el delantero argentino sólo tuvo que colocar ante un impotente arquero Francisco González.
La afición queretana despidió con aplausos a sus Gallos Blancos, quienes la próxima semana dejarán vacante el cetro de la Primera División A. No los volverán a ver hasta la última semana de mayo, cuando afronten la eliminatoria más importante de los últimos años: la final de ascenso, en un ambiente y un rival muy distintos a lo que fue Santos Laguna.
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