lunes, octubre 20, 2008

Con uñas y dientes


Diario de Querétaro
19 de octubre de 2008


Roger A. García

Querétaro, Querétaro. Gallos Blancos tuvo que jugar más con corazón que con futbol para sacar una apurada victoria ante un aguerrido y complicado equipo de Tigres B por 2-1. Un partido que se complicó de más y que por poco amargan la noche a los 17 mil aficionados presentes en el estadio La Corregidora.

Los plumíferos tuvieron dos caras contrastantes en el encuentro de anoche: un primer tiempo de maravilla en donde pudieron sacar hasta tres goles de ventaja y otra muy distinta en la segunda mitad en donde los queretanos no eran capaces de encontrarse en la cancha durante 30 minutos, pero una genialidad de Mauro Gerk y Carlos Pinto solucionó cualquier problema.

El primer tiempo fue por completo de los Gallos Blancos. Con un mediocampo que recuperaba todos los balones divididos y con llegadas constantes por las bandas, en donde parecía que era cuestión de tiempo para que se abriera el ostión regiomontano.

El primer aviso llegó gracias a un balón filtrado de Marco Jiménez que parecía puesto para que Isaac Romo rematara de cabeza a placer, pero decidió pasar a Mauro Gerk quien, sorprendido y con arco abierto, mandó el balón apenas por arriba de la portería defendida por Jesús Urbina.

La segunda llegada de peligro para los queretanos llegó en un centro preciso de Carlos Pinto que remató de cabeza Romo, pero de nueva cuenta no hubo precisión y la mandó por arriba del travesaño.

Tigres B no encontraba la pelota y sus delanteros parecían aislados. Lo más cercano a una llegada de gol fue un remate de media vuelta fuera del área queretana que pasó por un lado del arco sin grandes complicaciones. Su mediocampo no existía y sus laterales estaban más ocupados por defender que por atacar.

Al minuto 35 vino el gol queretano en un pelotazo mandado por Margarito González y que Gerk peinó hacia Isaac Romo, quien se encontró de frente a la portería y siguió avanzando para filtrar a Carlos Regis, que disparó potente para que el arquero rechazara cayendo el rebote en los pies de Mauro Gerk, quien ya sin arquero definió para hacer su doceavo gol de la temporada. Parecía que sería una tarde tranquila, pero no fue así.

Comenzó la segunda mitad y las cosas cambiaron. Tigres B adelantó líneas quince metros y presionó más a Héctor Castro y Marco Jiménez, ocasionando que no tuvieran una salida cómoda. La confusión comenzaba a cundir en Gallos Blancos

Corría el minuto 47 cuando Marco Jiménez rebanó la pelota y fue a parar a los pies de Jesús Dueñas, conduciendo la pelota durante 35 metros sin que Margarito González o Ignacio González le salieran al paso y disparó colocado al poste del arquero Guadalupe Martínez para empatar el juego. Era el inicio de un segundo tiempo de sufrimiento.

El balde de agua fría desconcertó a los queretanos durante 25 minutos, lapso de tiempo en donde Tigres pudo irse en ventaja en una jugada en donde José Cabrera tuvo un mano a mano frente a 'Lupe' Martínez, pero el arquero no se venció y logró rechazar el esférico. Los felinos proponían sorpresivamente en el estadio La Corregidora.

El timonel queretano tuvo que modificar ante el asedio de Tigres ingresando a Leo Castro y Víctor Estrada para reforzar su mediocampo y no dejar pasar a los rivales, lo que logró en cierta forma, ya que lograron recuperar la posesión de la pelota, pero solo para mandar envíos al área. La desesperación comenzaba a cundir en los de azul y negro transmitiéndose a la tribuna.

Romo y Mauro Gerk de nueva cuenta fallaron dos cabezazos con portería abierta y la situación se comenzaba a complicar conforme pasaban los minutos, con unos regios que fueron retrocediendo más por miedo que por un juego queretano organizado.

Leo Castro supo leer lo que necesitaban los queretanos y fue en sus pies donde por fin la esperanza apareció. El joven queretano mandó un pase filtrado a Carlos Pinto, quien se quedó de frente a portería y habilitó a Mauro Gerk, quien regresó la cortesía con un taconazo providencial para que solo Pinto punteara la pelota a la red para el 2-1. El estadio La Corregidora volvió a respirar.

Tigres B de nueva cuenta puso a temblar a la zaga queretana cuando Jesús Dueñas avanzó en contragolpe, sentando a Margarito González e Ignacio González pero a la hora de quedar frente a la portería prefirió tirarse para engañar al árbitro y esfumar las esperanzas felinas. Dos a uno conseguido con uñas y dientes

Al final, el timonel queretano Héctor Medrano se abrazaba efusivamente con su auxiliar Estaban Mejía como prólogo de un encuentro en donde los Gallos Blancos tendrán que reflexionar mucho de cara a la recta final del campeonato.

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