martes, mayo 01, 2007
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30/04/2007 12:27:12 a.m.
Víctor Monroy
Aficionado desde hace más de dos décadas a los Gallos Blancos, Don Germán vio con tristeza como el equipo de sus amores, perdía su lugar en la máxima división del Futbol Mexicano al caer 2-0 contra el Atlas.
Vecino de la colonia Lomas de Casa Blanca se siente un aficionado afortunado al vivir la primera obtención de aquel campeonato en León, después le tocó aquel ascenso en el Estadio Corregidora que hoy sin quererlo es el motivo de su tristeza.
Tristeza que tuvo que compartir con su pequeño hijo Juan de 7 años, a quien le tocó su primer tropiezo albiazul. Vestido con su playera de los plumíferos, él y su hijo no encontraban una explicación razonable sobre por qué a Querétaro no le había alcanzado para permanecer.
“Gallos siempre va a ser un equipo de primer nivel, le pese a quien le pese, le convenga a quien le convenga, Gallos va a regresar” fueron sus primeras palabras con lágrimas en los ojos al escuchar el silbatazo final el partido ante Atlas.
Su esposa tuvo que cumplir la función de equilibrio al ver cómo su esposo e hijo, simplemente se abrazaban llorando sin importar nada más que el hecho de su equipo había descendido; sus manos en los hombros de sus amores, bastarían por el momento para aliviar su dolor.
La lluvia empezaba a hacer su aparición por lo que no hubo más remedio que regresar a casa a hablar quizá de las cosas que más extrañarán de los Gallos, mientras que Don Germán encontraba la manera de explicarle a Juanito por qué los plumíferos no jugarán contra equipos como América, Chivas o Cruz Azul.
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