viernes, mayo 29, 2009

solO GALLOS ... Columna Gerardo Manrique











                                                              ¡GLORIA!

Hoy, demasiados sueños dependen de la buena o la mala puntería que tenga el Tanque Gerk. Las manos de Lupe impedirán que la caprichosa pelota bese la red y con ello vengan muchas noches con desvelos para la Comunidad del Gallito. Nacho González, El Mago y Raúl Rico serán los guardianes de la tranquilidad y esperanza de miles de corazones que no dejarán de latir a más de mil kilómetros de distancia. Emilio López deberá jugar a como de lugar para que de su pierna izquierda salga un tiro libre magistralmente cobrado que termine por aniquilar cualquier intento de revuelta yucateca en la tierra del henequén. El destino siempre impredecible, le puede dar otra oportunidad a Carlos Pinto de plantarse frente al marco y esta vez si, anotar un gol que corearán miles de gargantas. Marco Jiménez y Héctor Castro imitarán a los viejos gladiadores que se batían contra fieras en el circo romano, sólo que en pleno siglo XXI, éstos dos gladiadores tendrán como presa a la pelota, al rival que se atreva a pisar sus terrenos y su premio no será la clemencia de un Emperador sino la idolatría de miles y miles que hoy vestiremos de negro y azul a rayas verticales. Esteban González, saldrá nuevamente inspirado, será el conductor del equipo, el artista, el creativo, el jugador que se empeñará en demostrar que lo visto de él en la campaña fue un equivoco, una broma macabra y que en esta final encontró el conjuro para hechizar el balón. Nosotros debemos rezar porque Tridente o Pablo Júnior salgan de titulares. Ojalá esa sea la sorpresa que nos tenga guardada Medrano. Y no es que tenga nada en contra de Romo, pero Tridente es un talismán que suele funcionar muy bien en instancias finales.
EL APUNTE

Mucho se ha hablado del calor de 40° y que sin duda será factor, pero para los dos lados. En cuanto al ambiente en la tribuna, cabe aclarar que la distancia que media entre la cancha y la primera fila de aficionados, supera los 25 metros. Lupe no tendrá a los yucatecos soplándole en la nuca, la distancia es aún mayor. Los gritos e insultos para nuestros jugadores, serán como un ruido de fondo, como el zumbido de un insecto, como el oleaje de un lejano mar. Los rumores de la posible venta de Mérida en caso de ascender, debe afectar un poco el ánimo de la joven afición a Venados, acostumbrada más a los duelos beisboleros que a las batallas futbolísticas. Ya a la hora del partido, es posible que Gallos deje a Mérida hacer el gasto del partido, pero ¡ojo! Sin renunciar descaradamente al ataque. El equipo tiene que anotar por lo menos un gol para hacer más viable el ascenso. En momentos como este, uno levanta los ojos al cielo y se pregunta: ¿Cómo se gana una final? ¿Qué factores inciden para que unos se lleven la gloria y otros el olvido? Sin duda el aspecto mental. El que trabaja y confía permanentemente en la victoria. El que no se acalambra a la hora buena. El que menos errores cometa pero también el que más seduce a la fortuna. ¡Nuestro equipo sabe de ello!

PARA REFLEXIONAR

Es aquí amigo lector donde se acaban las palabras. Es la zona cero. Estos nervios, este vacío en el estómago, esta ansiedad casi obsesiva porque llegue el partido es
ser Gallo Blanco en estado puro.
Otra vez el destino nos tiene caminando por el alambre.
Otra vez a un paso del cielo o del abismo.
Es extraño, pero todas estas emociones llevadas al límite nos llevan a veces a preguntarnos ¿Por qué me agobio si al fin y al cabo, mi vida seguirá igual?
Nada más falso. Gallos es nuestra vida y con el tiempo hemos aprendido a sentirnos orgullosos de nuestro equipo, hemos aprendido que este amor no es para cobardes y que las tristezas ocasionales, no son nada comparadas con la gloria que un día como hoy nos puede regalar. ¡Pase lo que pase, siempre con Gallos!.

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