Cristopher Rivera/ Enviado
QUERÉTARO.-En 90 minutos, más de 30 mil aficionados dejaron ver que Querétaro es una plaza digna de tener un equipo de Primera División. La famosa maldición del estadio La Corregidora no existió, al contrario, fue un pulmón más para que los dirigidos por Héctor Medrano dieran el primer golpe a los Venados de Mérida.
Los que ponían la fiesta y no paraban de cacarear era la barra denominada Resistencia albiazul, todos en su mayoría, con la casaca rotulada con el número del máximo ídolo de los locales: Mauro Gerk.
Pasó de todo, hasta el ambiente político se respiró de manera importante en esta final, pues los tres partidos más populares de nuestro país aprovecharon la multitud que se dio cita para hacerse propaganda. De esta forma bien se podía distinguir dentro del Corregidora gente con casacas azules, rojas y amarillas que contrastaban bruscamente con los colores reales de esta final.
Hubo un pequeño detalle que molestó a la afición queretana, pues nadie, al momento de entregar su boleto de entrada al estadio, recibía la otra mitad, la llamada contraseña; esto causó enojo en la gran mayoría del público, hubo quien incluso, llegó a los golpes exigiendo su otra mitad del pase.
¿Cómo creen que somos de Primera A?, era la leyenda que se dejaban ver en cartulinas que rotulaban aficionados de Gallos, y es que el ambiente que se generó en el triunfo sobre Mérida fue simple y sencillamente impresionante. Otros gritaban ¡ya estamos en Primera!
Lo único cierto es que hasta el próximo sábado se definirá todo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario