sábado, marzo 15, 2008

columna Gerardo Manrique Adelantada del 16 De FEbrero

SOLO GALLOS

DIRECTIVOS III
En el año ’99 se empieza a trabajar con un equipo de Gallos Blancos del Querétaro en la Segunda División, dos divisiones debajo de la máxima categoría. Obviamente, este equipo no levantaba todavía gran expectación en la ciudad. Sólo acudían los más fieles y la entrada a los juegos era gratuita. Jugaban los Domingos y para qué mentirte amigo lector, yo no iba a todos los partidos pero de cuando en cuando acudía a ver a esos jóvenes jugadores que representaban el regreso del Querétaro, ya con el mote de Gallos Blancos al fútbol profesional. Reinaba una calma chicha en los alrededores del Corregidora y en el alma de los seguidores de este equipo. Había la certeza de que la división le quedaba chica, muy chiquita a la plaza. Hasta que por fin, atraídos por la ciudad y el estadio, empresarios tapatíos deciden traerse la franquicia para convertirla en Gallos Blancos del Querétaro ya en la A. El gran mérito de esta directiva fue respetar el concepto, el branding del equipo: Nombre, mote, escudo y uniformes. También, armaron un muy buen equipo que era contendiente al ascenso. Llegaron Ariel González, Josías Ferreira y muy joven, Mauro Gerk. La consigna era traer a toda costa, fútbol de Primera División a Querétaro, ya sea por la vía del ascenso, o bien con la llegada de la franquicia de La Piedad. El equipo fue superlíder, Ariel González, el goleador del campeonato, pero nos echó el Tampico y ya en el siguiente torneo, en el bueno, con un golazo de Marcelo de Faria, el San Luis, que a la postre, ganó el ascenso. En ese juego nocturno se dio el primer lleno con Gallos ya en su nueva época y se revivió la añeja rivalidad contra los potosinos.
EL APUNTE

No hubo tiempo para lamentos, pues mágicamente, y gracias a las extrañas alquimias que permite nuestro muy sui géneris fútbol mexicano, La Piedad fue borrada del mapa para dar paso a los Gallos Blancos del Querétaro. No me gustó la manera en que llegó en aquella ocasión el fútbol a Querétaro: Despojando en el escritorio a una plaza que había ganado en la cancha su derecho a estar en Primera. Con todo y eso, la promesa de los empresarios tapatíos se había cumplido: Querétaro tenía ya equipo de Primera y el primer encuentro de Gallos Blancos fue contra San Luis, con un lleno hasta las lámparas en el Corregidora que terminó con un insípido empate a uno. La temporada finalizó con más pena que gloria y para el siguiente año, con una mala planeación, una cuarteta de brasileños para el olvido y una goleada que nos propinó Tigres de 7 a 1 en nuestra casa, nuevamente los hermanos Vázquez-Mellado, se hacen cargo del equipo y cuando todo parecía indicar que el equipo se nos iba de nuevo a la A, después de experimentar con el Alfredo Tena y después con Batocletti en la dirección técnica, con miserables siete puntos en el primer torneo, una pírrica victoria y la burla del país entero, un grupo de jugadores dirigidos por Carlos de los Cobos consiguen salvar al equipo. ¡Cuántas vivencias en tan pocas palabras! Más adelante te contaré los detalles. El caso es que al equipo lo desafilian, junto con el Irapuato, así sin más. Fue un golpe que le tomó tiempo digerir a la afición. El desengaño fue tal que ni siquiera la llegada de grupo Autofín, de un equipazo, de Juan Antonio Hernández y su poderosa chequera lograron seducir a la afición, que sólo hizo entradas dignas cuando era de gorra y llenó el Campo de los Sueños hasta la final contra León.

PARA REFLEXIONAR

El gran mérito de esta directiva fue regalarnos el primer título en la historia de nuestro equipo. Algo memorable, y una semana más tarde, una tristeza de similares dimensiones con la pérdida del ascenso contra San Luis en el siempre inacabado Alfonso Lastras.


manriquemind@yahoo.com.mx

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