sábado, marzo 08, 2008

solo Gallos Gerardo Manrique

SOLO GALLOS

ESTADIO
Para muchos de nosotros, el Corregidora es como nuestra segunda casa. Recuerdo cuando en el lugar en el que actualmente se encuentra no había nada. Todo era monte, sembradíos. Y ahora, es junto con el Acueducto y las cúpulas de las iglesias uno de los puntos dominantes cuando uno observa la ciudad desde las alturas.. A menudo pienso que debemos darle uno sobrenombre a nuestro estadio, algo que este muy relacionado con la forma en que sentimos, gozamos y sufrimos nuestro deporte. Sin duda tenemos recuerdos memorables de ese recinto, como la noche del ascenso, aquél partido contra San Luis en el que parecía que nos ganaban y el Tanque Gerk con dos goles salvó la causa. Desengaños, también muchos: La eliminación con San Luis, el 7 a 1 que nos endilgó Tigres con un Gaytán inspirado. El empate de último minuto con sabor a derrota contra Tecos que nos acercaba al descenso. El Corregidora ha sido para cada uno de nosotros, lo más parecido a un hogar y al mismo tiempo una especie de Hotel de cuarta categoría con paredes carcomidas por la humedad y la tristeza. Al inicio vamos expectantes, presurosos, con deseos de que ya inicie el ritual tan conocido. Al final del partido, cuando las cosas salen bien, hay una especie de calma que nos acompaña el resto de la semana. Tristeza y rabia contenida cuando el rival nos ha vencido. Por eso la necesidad de un nombre que abarque todas esas emociones. Sería fácil llamarle el Coloso del Cimatario, el Gallinero, el redondel. Pero requerimos algo más emotivo, dramático, más cercano a nuestro equipo. Y que tal que cuando vaya todo bien, cuando la entrega y las actuaciones del equipo nos hagan pensar en triunfos importantes, en logros trascendentes, le digamos al Corregidora, El Campo de los Sueños. Nada original, desde luego, pero bastante preciso para lo que ocurre en esos momentos en la mente y el corazón de los aficionados. También, cuando sean épocas de vacas flacas, de vientos fríos y despiadados, de noches que no parecen terminar, le digamos El Coliseo de los Sueños Rotos.
EL APUNTE

Que todas las noches, sean noches de gloria para Gallos. Que cada partido termine en triunfo, fiesta y felicidad. Que las luces del estadio iluminen ese rectángulo verde donde quede regado el sudor de once jugadores que respeten la esencia de este equipo: La entrega, el coraje y el orgullo de un equipo que es mucho más que un uniforme azul y negro a rayas verticales. Que casi siempre el Corregidora sea ese Campo de los Sueños donde podamos romper el cielo juntos. Y para esas pocas y extrañas noches aciagas, en las que regresamos a casa con el corazón hecho jirones, el alma pendiente de un hilo y un velo gris en la mirada, cuando nos pregunten de dónde venimos y no sepamos siquiera hacia donde vamos, podamos decir con franqueza: Vengo del Coliseo de los Sueños Rotos.

PARA REFLEXIONAR

Mi más grande reconocimiento para un grupo de aficionados que hicieron posible radio Gallos Blancos, donde es posible escuchar vía internet los partidos del Querétaro, en casa y en patio ajeno: www.gallosblancos.org. Bendita tecnología. Acciones como estas, demuestran que no hay en el mundo del fútbol nada más verdadero que el amor de un aficionado por su equipo. Tal vez todas las dificultades que rodean al equipo sirvan para sacar a relucir el activo más valioso del Querétaro: su gente. Gracias a ustedes ya no estamos ciegos ni sordos. Gracias a ustedes este equipo es grande, porque ustedes son grandes. ¡Ustedes también juegan!

manriquemind@yahoo.com.mx

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