jueves, marzo 20, 2008

columna Gerardo Manrique Adelantada del 22 De Marzo

SOLO GALLOS

ACTITUD
El fútbol es de momentos, de rachas. Ningún equipo puede siempre estar en lo más alto por poderoso e importante que sea. Con el Querétaro, de manera muy particular, sus aficionados estamos avispados, no cerramos los ojos a lo evidente: Los triunfos de este equipo son escasos, los momentos de gloria, de alegría desbordada y orgullo genuino, son tan esporádicos como los vuelos de un comenta en el cielo queretano. Estar en Primera División es como vivir en estado de gracia. Ver un juego por tele de Gallos contra el Jaguares, el Atlante, Tecos o cualquier otro equipo sin mayor relevancia es para nosotros como un hermoso espejismo. A nadie se le ha engañado, el Querétaro nos brinda más sufrimientos y horas oscuras que días felices, pero también sabemos, los que verdaderamente amamos a este equipo, que no cambiamos un solo instante, un solo clavo en nuestra cruz, una lágrima en esa playera azul y negro a rayas verticales, por todos los títulos de cualquier otro equipo. Cuando el equipo toca fondo, seguimos siendo de Gallos. Nos llenamos de impotencia, de bilis negra y de tristeza cuando las cosas van mal, pero no abandonamos el estadio antes de que finalice el partido. Nunca he entendido a aquellos que pagan un boleto y pierden la fe cuando todavía faltan cinco minutos y se encaminan a una de las salidas. Nosotros, la Comunidad del Gallito, jamás le silbamos a nuestro equipo. Por eso, cuando llegaron los títulos y el épico asenso, los triunfos en Primera contra Cruz Azul y América, los gozamos como nadie, lo sentimos como propios, porque sabemos todo lo que tuvimos que sortear para llegar a esos maravillosos instantes. Respeto a los Gallos de liguillas, a los que sólo van cuando estamos en Primera, pero no me cambio por ninguno, soy de Gallos y se que este amor no es para cobardes.
EL APUNTE

¿Qué no le perdono a mi equipo? ¿Qué es lo que me enfurece y entristece verdaderamente? Sólo una cosa: Que no pongan lo que hay de poner, que no se apeguen a la tradición de un equipo de lucha y entrega, que no porten con orgullo nuestra playera. Todo lo demás, es lo de menos. Entiendo cuando alguien que pagó un boleto, se muestre desilusionado por un mal partido y lo exprese silbando, coreando oles, abandonando su lugar antes de finalizado el encuentro. Siempre que voy a estadio, sueño con un Querétaro épico, que cuando caiga derrotado, me haga pensar que no perdió, que simplemente se le acabó el tiempo para darle la vuelta al marcador. Me gusta cuando el equipo da más de lo que se espera de él. Por eso le voy a este equipo, por eso lo defiendo cuando me preguntan extrañados del porqué le voy a Gallos. Porque yo mido la grandeza de mi club por su corazón y entrega y no por sus títulos. Por eso este equipo aunque juegue en la A es para mi más grande que Tigres, que Cruz Azul, que Monterrey, América y tantos otros equipos que exhiben su soberbia con jugadores agrandados que arrastran los pies y están más pendientes de su look y su aretito. Porque el equipo con el que yo me identifico es de Gallos de pelea, y no de vedettes. Sólo eso les pido a cambio: verdadera entrega y que los rivales sepan que para ganarle a Gallos hay que correr un poco más, sudar un poco más y rezar lo que sepan.

PARA REFLEXIONAR

¿Qué jugadores no han vestido con dignidad nuestra playera? Pongo en primerísimo lugar a Abundis, al cuarteto de brasileños de cuyo nombre no quiero acordarme, a Nacho Palou, a Luciano Emilio, al tristemente célebre Filiful a Josemir Lujambio, a Everaldo Bejines y algunos otros. Afortunadamente son más, muchos más los que han hecho un trabajo honesto en nuestro equipo. Han sido mayoría los Gallos buenos, los finos, auténticas aves de combate. Los de más entrega: Santiago Ostolaza, Raúl Marchi, Felipe Malibrán, el Loco Cervera, Hugo Saíd, Hugo Mora, Diego Cocca.

manriquemind@yahoo.com.mx

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