viernes, noviembre 28, 2008

Con las manos vacías



Solo faltó el gol. Gallos Blancos de nueva cuenta tendrá que remar contra la corriente el próximo domingo al perder por marcador de 1-O ante los Xoloitzcuintles de Tijuana en el estadio Caliente de la ciudad fronteriza. Un resultado que estaba dentro de lo presupuestado por el cuerpo técnico queretano, aunque siguen careciendo de opciones de gol hacia el frente.

La cancha del estadio Caliente lució en muy malas condiciones, pero aún así la tripleta arbitral decidió que el partido se jugara. Conforme fue avanzando el transcurso del partido iría empeorando de manera irremediable hasta convertirse en un muladar.

Los Gallos Blancos salieron al terreno de juego con dos líneas de cuatro intentando contener a la ofensiva de Xoloitzcuintles, quienes lucieron más verticales a la hora de ir al frente comandados por Diego Torres y Hugo Ruíz.

Debido a las condiciones de juego, parecía que la pelota parada sería la opción para abrir el marcador y esto lo entendió el equipo local, quien al minuto 13 se adelantó en el marcador gracias a un gol de Diego Torres en un tiro libre por derecha mandado por Hugo Ruíz. La zaga queretana tuvo una pésima marca y parecía que se repetiría el marcador de Ciudad Victoria.

Los queretanos emparejaron el trámite del partido gracias a que lograron adueñarse de la pelota además de los largos trazos a Gerk y Tridente, pero Tijuana se sentía cómodo con esta situación, siendo las incursiones por derecha la que más réditos le daban, presionando a Margarito González y Emilio López, además del control de balón por parte de César Gradito.

La opción más clara por parte de los Gallos Blancos vino en un obús de Margarito González, quien fue desviado en el trayecto cayendo a los pies del argentino Tridente, quien al intentar el disparo ya tenía al cancerbero Adrián Zermeño encima, tapando de buena manera el contrarremate.

Douglas Caetano era la pesadilla de los Gallos Blancos y tuvo dos claras opciones de gol que fueron contenidas por el arquero Guadalupe Martínez y los zagueros queretanos. Todavía Diego Torres tuvo un mano a mano que fue bien contenido por el arquero de Gallos Blancos, quien sufrió durante los primeros 45 minutos.

Para la segunda mitad, los queretanos se adueñaron de la posesión de la pelota y ya no la soltaron. Héctor Castro aparecía en todos lados, mientras que Carlos Pinto, Emilio López y Macro Jiménez comenzaron a llegar por los costados y el centro. Xoloitzcuintles no acertaba ahora a dar tres pases de forma consecutiva y la salida de Elliot Huitrón afectó sin duda al bando local.



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Una de las pocas jugadas elaboradas que pudo hacer el equipo queretano vino de los pies de Mauro Gerk, quien protegió la pelota de espaldas a la portería de Tijuana y dio un pase retrasado a Tridente, quien habilitó a Carlos Pinto, pero su disparo se fue por encima de la portería defendida por Zermeño.

Los queretanos tuvieron 30 minutos de ensueño, presionando la salida del Tijuana, aunque fallaban en el penúltimo toque. Parecía que el tanto plumífero solo era cuestión de tiempo, aunque seguía sin llegar.

Los tres cambios de ambos equipos pasaron sin pena ni gloria, parecía más una lucha en fango que un partido de futbol.

El deplorable estado de la cancha no permitía que Tridente arrancara en sus clásicas escapadas, mientras que Margarito González no volvió a disparar, ya que no tenía apoyo en el césped. El fango en el que se convirtió el estadio Caliente llegó a su clímax en un conato de bronca entre ambos rivales, aunque no pasó a mayores.

Los 13 mil aficionados de Xoloitzcuintles intentaron presionar a la tripleta arbitral en los minutos, aunque no fueron capaces de amedrentar a los jueces. Incluso los jugadores del Tijuana se daban por bien servidos con la victoria por la mínima diferencia.

No hubo tiempo para más. Querétaro de nuevo tendrá que jugársela en el estadio La Corregidora, donde solo ha perdido un partido en toda la temporada. Tendrá que ganar por diferencia de un gol, ante un Xoloitzcuintles de Tijuana que, sin duda, se encerrará desde los primeros minutos en su propio terreno. Otra prueba de fuego para Gallos Blancos.

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