HABLEMOS DE FÚTBOL
El fútbol, el auténtico, el de a deveras, es el que tiene lugar dentro del rectángulo verde. Cuando los equipos se olvidan de tablas de posiciones, de si están jugando en casa o de visita, de si el torneo acaba de empezar, si es la final o si de plano están en la flojera de la pretemporada. El fútbol es hermoso en sí mismo. Lo que esta fuera de la cancha, los chismes, los amarillismos los asuntos poco claros, no son fútbol, sino un ingrediente corrosivo, no siempre necesario y particularmente socorrido por los programas deportivos. En los espacios noticiosos de este deporte, es un milagro encontrar algún valiente comentarista que se atreva a hablar sólo de fútbol. Las entrevistas con técnicos y jugadores son verdaderos chacoteos donde abundan los lugares comunes: "Jugamos con orden; haremos nuestro máximo esfuerzo; el fútbol el así; hay que seguir trabajando; vamos por un buen resultado; el equipo está bien mentalizado…" Pocos comentaristas nos seducen con palabras y nos muestran la plasticidad, belleza y sencillez de este deporte, con hermosas y sencillas palabras, con ideas basadas en la experiencia o la aguda visión del voyeurista del juego. Hablemos de fútbol, sólo de fútbol. Me da risa que los árbitros tengan un papel tan protagónico. No es posible que estemos más preocupados por el juez central que por el estado físico de un jugador, por la estrategia del técnico o por las estadísticas previas al encuentro y que nos permiten vaticinar un resultado o una tendencia en el juego. No apartemos la atención del tema central en todo este asunto: el juego mismo, el balón, la orden de la mente a las piernas. Olvidémonos de directivos, mercenarios del deporte muchos de ellos y vamos a darle mejor un vistazo a la pasión, el amor desinteresado y heroico de un hincha por su equipo, sin duda algo de lo más rescatable, auténtico y sincero que se puede hallar en el perverso entorno que rodea al fútbol. Los verdaderos amantes del fútbol debemos esforzarnos por preservar la autenticidad del juego. Todo esto, amigo lector, lo medité después de que recibí una tarjetita promocional en el Blockbuster, donde decía que, si me portaba bien y rentaba seis películas en un mes, recibiría como obsequio un dvd con las broncas más memorables del mundo del fútbol. ¿No cree usted, amigo lector, que ese artículo es más apropiado para el lector del Alarma que para un auténtico aficionado al deporte más hermoso del mundo? Nada más por eso, te hablé de fútbol en las pocas líneas que tiene esta fatua columna
EL APUNTE
Y te preguntarás amigo lector, ¿Por qué no nos habla hoy de lo que más nos interesa, de nuestro equipo, de los Gallos Blancos del Querétaro? Porque transcurrieron prácticamente dos semanas sin noticias importantes, porque quiero que los jugadores hablen mañana en la cancha, que se traigan un triunfo de tierras duranguenses. Porque quiero darme un respiro antes de enfilar a la parte interesante del torneo. Y también porque quiero permitirme una fe de erratas respecto a una omisión que muy atinadamente un estimado amigo que me señaló hace una semana cuando dije que el equipo ya estaba calificado, aquí va la aclaración y un saludo afectuoso a ese ilustre Gallo de corazón: Gallos no tiene la calificación asegurada. Califican los dos primeros de cada grupo y los dos terceros que hayan hecho más puntos, pero tomando como referencia la tabla general. Así las cosas, la situación no está del todo controlada, todavía no es un hecho que tengamos liguilla de cara a este frío invierno.
PARA REFLEXIONAR
Qué el equipo sume minutos de menores, que Tridente pueda jugar aunque sea algunos minutos, que el Tanque Gerk incremente su ventaja para que se haga cada vez más dueño del liderato de goleo. Pero sobre todo, que en este fin de semana tan especial en el que recordamos a nuestros seres que están ya en el cielo, exista entre nosotros la reflexión de que la vida es efímera, hay que ponerle pasión. ¡Dale Gallos!
manriquemin@yahoo.com.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario